Pese a toda la información que hemos recibido del planeta Marte gracias al robot Curiosity Rover ( robot que realizó la misión de intentar buscar si había vida microscópica en este planeta), la NASA no se conforma y está llevando un complejo y ambicioso proyecto el cual trata de la creación de unas "abejas" robóticas para mejorar la exploración en el planeta rojo.
Recientemente, la NASA a aportado fondos económicos a los investigadores que van a llevar a cabo el proyecto, con el que esperan poder crear un equipo consolidado de estos robots voladores con forma de abeja para así poder explorar de forma autónoma nuestro planeta vecino. Estas abejas robóticas se denominan Marsbees (abejas marcianas), fueron diseñadas por la Universidad de Alabama Huntsville y tienen un tamaño similar al del abejorro, pero con alas lo suficientemente grandes como para poder volar en la atmósfera marciana, que es aproximadamente 100 veces más delgada que la atmósfera terrestre. Además, estos insectos cibernéticos están equipados con sensores y dispositivos de comunicación inalámbricos para que les sea posible trazar el terreno mostrando una visión aérea, o incluso buscar signos de vida. Los investigadores creen que las abejas serán mejores que el Curiosity Rover ya que, a diferencia de este, los Marbees además de aportar una visión aérea de Marte, si uno de ellos falla, todavía queda el resto para continuar la exploración. Pese a esto, los Marbees necesitarán la compañía de un Rover, ya que este servirá como estación de comando central, como un puerto de carga y será el encargado de descargar la información captada por los Marbees y ayudará retransmitirla a la Tierra.
Actualmente, este proyecto se encuentra en la primera fase, la cual trata de determinar el diseño, movimiento y peso concreto del ala para ser eficaz y no tener dificultades ante las condiciones atmosféricas de Marte. El rendimiento de estos robots serán evaluados en una cámara de vacío con la densidad del aire reducida a la de Marte . La maniobrabilidad, el rechazo de la ráfaga de viento, el despegue y aterrizaje, las implicaciones de potencia, la detección remota y la optimización de la misión se abordarán en la segunda fase.
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