Debido a un sotisficado procedimiento para estudiar los datos genéticos de los fósiles más antiguos, un equipo formado por investigadores de España y Dinamarca rastrearon el pasado del Gigantopithecus blacki, un simio que fue descubierto en 1935 por un científico holandés llamado Gustav Heinrich Ralph von Koenigswald. Este descubrió en una tienda medicinal de China un molar de este primate, el cual le era desconocido por entonces. Cuando preguntó a qué animal le pertenecía, le dijeron que ese diente era muy común en la medicina tradicional china, conocido como "diente de dragón".
Se conoce que este primate habitó en China, India y Vietnam hace alrededor de 100.000 años, por lo que es probable que conviviera con nuestros antepasados humanos. Se desconocía su historia evolutiva debido a la imposibilidad de recoger y analizar material genético de unos restos tan antiguos.
Pero recientemente, gracias a una nueva técnica, denominada paleoproteómica, permite recoger información genética de nuestros antepasados más lejanos hasta donde el análisis de ADN no llega.
Esta técnica fue desarrollada por científicos pertenecientes a la Universidad Pompeu de Barcelona y la Universidad de Copenhague, en el que consiguieron recoger datos sobre este primate a partir del análisis de las proteínas del esmalte del fósil.
Tras los resultados obtenidos, se pudo conocer que este animal tenia un tamaño asombrante, midiendo unos 3 metros de altura( 10 pies ) y llegando a pesar alrededor de 540 kilogramos (1,100 libras). Éste era pariente de los orangutanes (de los que se separó hace 10 millones de años), por lo que también se desplazaba de forma cuadrúpeda, pero también se cree que podía andar a dos patas (bípedo), debido al ensanchamiento de sus mandíbulas en la parte trasera, la cual se asemeja a la de los seres humanos.
La causa de su extinción probablemente fueron los cambios medioambientales, en los que se vio obligado a tener que cambiar de dieta, debido al frío, llevándolo a una situación tan límite que terminó con su extinción.
La causa de su extinción probablemente fueron los cambios medioambientales, en los que se vio obligado a tener que cambiar de dieta, debido al frío, llevándolo a una situación tan límite que terminó con su extinción.
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